La pasada semana nos reunimos más de 1.000 alergólogos de España y otros lugares bajo los auspicios de la SEAIC para ponernos al día sobre la alergia que se manifiesta en la piel. El congreso fue muy interesante y práctico.
Por un lado, se habló mucho de inmunología, que es la ciencia básica en la que nos apoyamos los alergólogos. Los alergólogos somos inmunólogos clínicos que estudiamos y tratamos enfermedades generadas por un sistema inmunitario que comete errores. Su principal error es considerar enemigos a sustancias completamente inocuas como el polen, los alimentos los epitelios de las mascotas o los medicamentos. Su intento de combatirlas solo genera enfermedades. Esta es la causa de la mayoría de los problemas considerados alérgicos que nos afectan, especialmente a los que vivimos de acuerdo con los canones industriales modernos.
Por otro lado, en este congreso nos hemos centrado en la piel, esos 2 metros cuadrados de protección frente a las inclemencias externas que tenemos todos y que es muchas veces el órgano sufridor en nuestras enfermedades alérgicas.
Hemos hablado sobre todo de dermatitis atópica, una enfermedad muy frecuente de niños y adultos que puede llegar a ser muy incapacitante. Hemos aprendido porqué se produce y cómo tratarla: medidas hidratantes, protectoras, reparación de la barrera cutánea, tratamiento de las infecciones asociadas, amortiguación de factores precipitantes y los nuevos tratamientos biológicos que están a punto de llegar a nuestro país, entre ellos, el dupilumab.
También se ha hablado y mucho de la dermatitis de contacto, una enfermedad también muy frecuente y que muchas veces tiene un origen laboral. Entre todas las profesiones de riesgo de esta enfermedad se ha hablado sobre todo de la dermatitis causada por acrilatos, que podemos encontrar en uñas permanentes, adhesivos, dispositivos médicos y otros muchos objetos de uso habitual. Esta es una de los motivos por los que los profesionales de peluquería se encuentran entre los más afectados por esta enfermedad profesional.
Finalmente atrajo nuestro interés la urticaria crónica, una enfermedad también muy frecuente, especialmente en el sexo femenino, y que estamos aprendiendo a entender mejor y a tratar adecuadamente con nuevas herramientas terapéuticas.
Pero los alergólogos españoles vamos mucho más allá. Por eso contamos con un comité especial de humanidades que en esta reunión ha organizado dos talleres muy interesantes.
Uno sobre inteligencia artificial y medicina. Los ordenadores y los robots están ya en la medicina y se van a aquedar mucho tiempo. tenemos que aprender a convivir con ellos y ha utilizarlos como un complemento valioso en lugar de considerarlos como un enemigo.
El otro talles fue sobre el cine. Sí, como lo oyes, sobre cine. En esa actividad pudimos ver cómo ve el séptimo arte (y por ende la sociedad) las enfermedades alérgicas y cómo se enfrenta a ellas. Pudimos aprender esteoreotipos que suelen aplicarse a las personas alérgicas, a veces muy negativos, y los errores que muchas de ellas cometen en sus tratamientos. Fue una jornada formadora y motivadora que nos hizo médicos más humanos
Ya estamos deseando que pase un año para volver a reunirnos y compartir conocimientos y amistad. Y en 2020 esto ocurrirá en Zaragoza. ¡Hasta entonces!
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